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Vendimia en El Regajal: tradición, técnica y pasión en cada racimo

La vendimia es, sin duda, uno de los momentos más emocionantes y esperados del año para quienes vivimos el mundo del vino. En El Regajal, este proceso adquiere una dimensión especial, porque no solo supone el inicio de una nueva cosecha, sino también la oportunidad de demostrar, una vez más, nuestro compromiso con la excelencia, la innovación y el respeto a la tierra.

Recientemente, nuestro responsable Daniel García Pita tuvo la oportunidad de explicar en el programa Disfruta Madrid de Telemadrid cómo es la vendimia en nuestra bodega. Un proceso que combina tradición y tecnología, que exige un enorme esfuerzo humano y técnico, y que, al final, se traduce en vinos únicos como Las Retamas del Regajal o El Regajal Selección Especial.

A continuación, queremos compartir con detalle cómo vivimos este proceso tan especial en nuestra finca de Aranjuez, dentro de la Denominación de Origen Vinos de Madrid.

 

Una vendimia mixta: tradición y tecnología de la mano

En El Regajal apostamos por una vendimia mixta, adaptada a las características de cada viñedo. En la finca de Las Retamas, utilizamos maquinaria para agilizar la recolección, mientras que en la finca El Regajal el proceso se realiza a mano, racimo a racimo.

Esta combinación responde a una filosofía clara: aprovechar la eficacia de la tecnología allí donde es posible, pero mantener la vendimia manual en aquellas parcelas donde el mimo y la selección individual marcan la diferencia. De este modo, garantizamos que cada racimo llegue en las mejores condiciones a la bodega.

 

El valor de la selección: solo las mejores uvas

Uno de los pilares fundamentales de nuestro trabajo es la selección minuciosa de la uva. Durante la vendimia, nuestro equipo descarta aquellos racimos que no cumplen con los estándares de calidad que buscamos: uvas demasiado pasificadas, verdes o que no han alcanzado la madurez adecuada.

Especial atención dedicamos a la variedad Syrah, que en esta vendimia se ha recogido en su punto exacto de madurez. Este cuidado nos permite garantizar que la uva que entra en bodega no solo tiene el potencial enológico necesario, sino que también refleja la identidad única de nuestro terruño.

Un proceso supervisado desde el primer racimo

La vendimia en El Regajal no es solo un trabajo manual o técnico: es un proceso dirigido y supervisado personalmente por el equipo directivo desde que se corta el primer racimo. La implicación de la dirección y de todo el equipo es absoluta, porque sabemos que cada detalle cuenta en la calidad final del vino.

Ese compromiso cercano es lo que marca la diferencia entre una vendimia correcta y una vendimia excelente. No se trata de recoger uvas únicamente, sino de hacerlo con criterio, pasión y rigor técnico.

La importancia de la rapidez y la frescura

Una vez recolectada, la uva se traslada de inmediato a la bodega. El objetivo es claro: que llegue lo más fresca posible para iniciar el proceso de encubado sin perder ni un ápice de calidad.

Este paso es crucial, porque garantiza que la fermentación arranque en las mejores condiciones. El tiempo entre el corte del racimo y su entrada en depósito es mínimo, reflejo de una organización precisa y de un equipo totalmente coordinado.

 

Fermentación: el corazón del vino

La fermentación es una de las fases más delicadas y técnicas de todo el proceso. En El Regajal dedicamos un esfuerzo especial a controlar este momento, porque de él depende gran parte del carácter de nuestros vinos.

Durante unos 20-25 días, vigilamos de manera exhaustiva la temperatura y la evolución del mosto. Esta “cocción” del vino es un auténtico arte enológico: demasiado calor podría estropearlo, mientras que un control insuficiente restaría complejidad y finura.

Además, prestamos especial atención al papel de las pepitas, que actúan como antioxidantes naturales y aportan matices fundamentales al resultado final.

Barricas: el tiempo como aliado

Tras la fermentación, nuestros vinos pasan a las barricas de roble, donde reposan entre 12 y 16 meses. Este tiempo de crianza no es uniforme: cada vino puede desarrollarse en diferentes barricas o permanecer en una única, según lo que busquemos transmitir.

El trabajo con la madera es, en sí mismo, otro arte. Las barricas no solo aportan aromas y estructura, sino que también permiten que el vino respire, evolucione y adquiera la elegancia que distingue a nuestras etiquetas.

Una vendimia pequeña, pero excepcional

La vendimia de este año se caracteriza por ser más pequeña en cantidad, pero eso no es necesariamente negativo. Al contrario: en El Regajal estamos convencidos de que la calidad de la uva es extraordinaria, y que esta concentración se traducirá en vinos con gran personalidad, equilibrio y expresividad.

Porque al final, lo que buscamos no es producir más, sino producir mejor. Y en esta campaña, cada botella llevará consigo todo el mimo, la técnica y la pasión que definen a El Regajal.

 

El equipo: la verdadera esencia de El Regajal

Nada de esto sería posible sin el esfuerzo y la dedicación de nuestro equipo. Desde los vendimiadores que seleccionan racimos bajo el sol de septiembre, hasta los enólogos que controlan cada fermentación, pasando por el personal que organiza la logística, todos compartimos la misma meta: ofrecer vinos que emocionen.

Esa unión entre tradición, innovación y compromiso humano es lo que hace que vinos como Las Retamas o El Regajal Selección Especial sean reconocidos y apreciados dentro y fuera de España.

 

Un vino que nace del detalle

La vendimia en El Regajal no es simplemente un proceso agrícola: es un ritual donde cada gesto cuenta. Desde la selección de las uvas hasta la crianza en barrica, pasando por la fermentación cuidadosamente controlada, todo está pensado para reflejar la esencia de nuestro viñedo y ofrecer vinos excepcionales.

El resultado son vinos que hablan del terruño de Aranjuez, de la tradición de la Denominación de Origen Vinos de Madrid y, sobre todo, de la pasión de un equipo que vive cada vendimia como si fuera la primera.

🍷 El Regajal: donde el detalle se convierte en vino.